miércoles, 11 de mayo de 2016

                                                       El libro de la selva, de Jon Favreau




El libro de la selva
(The Jungle Book, EEUU, 2016)
de Jon Favreau

Wendy Jiménez

En 1990 vimos asombrados una película de James Cameron llamada The Abyss (1989). Era una cinta interesante que transcurre en una estación submarina, pero lo asombroso fue una escena en la que una fuerza alienígena toma el control del agua que está en el interior de la estación y se forma una especie de gusano que recorre, flotando, los pasillos ante el pasmo de los personajes, y de los espectadores de la cinta. ¿Cómo habían hecho eso? El año anterior, Robert Zemeckis nos había sorprendido también con su película Who Framed Roger Rabbit [1988], y aunque ahí sí sabíamos cómo se había hecho la película, de todas maneras era complicadísima de hacer y la habían realizado con un estupendo sentido del humor y un espectacular sentido de la estética: esa maravilla había logrado el mismo nivel de estupefacción entre el público.




En 1991, el mismo Cameron volvió a asombrarnos con los efectos especiales de Terminator 2. Los momentos en los que el robot, hecho de un metal especial, se regeneraba ante nuestros ojos eran impresionantes... (Yo sé que los lectores más jóvenes no entenderán del todo el asombro al que me refiero pues ellos vieron estas películas, si es que las vieron, cuando ya eran clásicas, en TV o en DVD. Pero súbanse al carro en el momento en que se sientan aludidos, suponiendo que no hayan perdido la capacidad de maravillarse ante una película.) Y luego pasó lo mismo con los dinosaurios de Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993). Y con los animales de Jumanji (Joe Johnston, 1995), y con la animación digital de Toy Story (John Lasseter, 1995), y con toda la mezcla de efectos de El señor de los anillos (Peter Jackson, 2001), y con Avatar (otra vez Cameron, 2009)... y quizá nos sucedió también con otras cintas que de momento se me escapan.




Se trata del asombro, de ese deslumbramiento tan cinematográfico, de ver algo en pantalla que nunca antes habíamos visto, por lo menos con ese nivel de calidad y de realismo. Es una fascinación verdaderamente emocionante para quienes gustamos del cine. Y como todos, nos acostumbramos a esa calidad visual y a esa capacidad del cine actual de hacerlo todo, de lograr mostrar cualquier cosa que quiera mostrarnos, hasta el siguiente salto técnico e imaginativo que vuelve a extasiarnos...




Pues el siguiente logro técnico, el asombro más reciente, se llama El libro de la selva, cinta admirable y espectacular. Saber que todo es digital (todo incluye la selva misma), o una mezcla logradísima de digital con animatronics y acción viva, nos deja verdaderamente con la boca abierta durante toda la película. Si a esto agregamos que la cinta está llena de acción, que el argumento es interesante, y la película en general es muy bella, la tenemos hecha. Se trata no sólo de un film sumamente recomendable, sino de una obra que hay que ver. Y hay que verla completa, desde el castillo del logo de Disney pues la cámara simplemente se va hacia atrás y sin corte entra a la selva y de pronto estamos ya ahí, hasta los créditos finales que muestran unas ilustraciones del libro en tercera dimensión y animadas, realmente estupendas. Aquí es en donde los espectadores que no entienden nada se levantan y salen de la sala, tropezándose, pisando los pies de los que siguen sentados, sin ver ya para nada la pantalla, como si lo que encontraran a la salida fuese mejor, más divertido y más bello que lo que sigue proyectándose. Luego siguen varios cientos de metros de nombres y nombres, pero lo interesante es ver los departamentos y las compañías y los trabajos realizados por esos nombres de desconocidos, pues eso es lo que nos puede dar una idea de la enorme complejidad de realizar una cinta como la que acabamos de ver, y por qué costó 175 millones de dólares.




El asunto del argumento es también interesante. En principio esta película se presenta al público como un remake de acción viva y digital del clásico animado de Disney (de hecho, fue la última película supervisada, por lo menos en parte, por el propio Walt Disney, quien murió en diciembre de 1966). La verdad es que es remake sólo en parte (incluso hay un par, solamente un par, de momentos musicales, puestos al día, con dos de las canciones de la cinta de 1967), pero la nueva versión retoma muchos elementos del cuento original de Rudyard Kipling que habían sido eliminados de la primera cinta. El nuevo film es más oscuro en el tono, algunas de las situaciones son más peligrosas, y es, de alguna manera, más adulto. Es más adulto, también, en el sentido no sólo de que le entendemos mejor que los niños, por lo menos en ciertos niveles de interpretación, sino que, y vuelvo al punto anterior, nos asombra más que a los niños, pues ellos ven las películas como si así hubieran sido todas desde que se inventó el cine.




Mowgli (interpretado por Neel Sethi) es un cachorro humano que la pantera Bagheera encontró en la selva, cuando el cachorro era muy pequeño, y consciente de que ese cachorro requeriría de una familia, lo llevó con los lobos, cuyo líder es Akela. La madre adoptiva de Mowgli sería entonces la loba Raksha, pero estaría al cuidado de toda la manada. Así, Mowgli aprendió a ser un lobo.




En la selva, en todo caso en esa selva, los animales tienen reglas para facilitar la convivencia, y una de ellas es que cuando hay poca agua, se decreta una tregua que permite que todos los animales puedan bajar al río a beber sin el temor a ser atacado por sus depredadores naturales. A esta reunión pacífica llega el tigre Shere Khan, el villano principal, al que todos temen, y toma la palabra. Dice, en pocas palabras, que terminado el estado de paz quiere que los lobos le entreguen al cachorro humano pues éste debe morir. Y amenaza a los lobos para que cumplan su deseo.




Bagheera, entonces, convence a los lobos de que dejen ir a Mowgli, y que él mismo lo llevará a la aldea humana, pues está convencido de que es la única manera de salvarle la vida. Mowgli, por supuesto, no quiere irse de la selva, pero respeta y quiere a Bagheera, y lo sigue. Sin embargo, en algún punto de su viaje son atacados por Shere Khan y aunque sobreviven, se separan. Mowgli vaga solo por regiones de la selva desconocidas para él, y tiene varios encuentros con personajes importantes, como el oso Baloo, la serpiente Kaa, y los monos liderados por el Rey Louie.




Esta nueva versión de El libro de la selva es muy, muy, muy recomendable —al igual que la primera, pero por diferentes motivos—, es entretenida, ágil, emocionante, simpática, bonita, pero sobre todo es asombrosa.

El realizador es Jon Favreau (nacido en Nueva York en 1966), quien tiene en su filmografía cintas como Elf (2003), Zathura (2005), Iron Man (2008), Iron Man 2 (2010), Cowboys & Aliens (2011), y Chef (2014) entre otras películas (además ha dirigido episodios de diversas series de TV).

. . . . . . . . . . . . . . .

El libro de la selva (The Jungle Book).
Dirección: Jon Favreau
Guión: Justin Marks (basado en el libro de Rudyard Kipling).
Fotografía: Bill Pope
Edición: Mark Livolsi
Diseño de producción: Christopher Glass y Abhijeet Mazumder
Música: John Debney
Con:
* Neel Sethi (doblado al español por Matías Quintana Ortiz)
* Baloo: con la voz, en inglés, de Bill Murray; y en español de Héctor Bonilla
* Bagheera: Ben Kingsley / Enrique Rocha
* Shere Khan: Idris Elba / Víctor Trujillo
* Raksha: Lupita Nyong'o / Regina Orozco
* Kaa: Scarlett Johansson / Susana Zabaleta
* Akela: Giancarlo Esposito / Gerardo Reyero
* Rey Louie: Christopher Walken / Francisco Céspedes
Género: Aventura / Drama / Fantasía
País: EEUU
Año: 2016

Duración: 105 minutos



lunes, 14 de marzo de 2016

Sueños de fuga,


Sueños de fuga, de Frank Drabont






Sueños de fuga

(The Shawshank Redemption, 1994)

Wendy Jiménez

La vida de Andy Dufresne (Tim Robbins), un joven banquero con mucho éxito, cambia drásticamente cuando un tribunal le condena injustamente a cadena perpetua, en una prisión de alta seguridad, por el asesinato de su esposa y su amante.


Ya en la cárcel, poco a poco se gana el respeto de los demás reclusos y la amistad de Red Redding (Morgan Freeman), que dirige el mercado negro de la prisión.
Andy adquiere ciertos privilegios por resolver problemas fiscales a los guardias así como al alcalde, para quien organiza una extensa red de corrupciones políticas. Andy se entera por otro recluso de que el verdadero asesino de su mujer está encerrado en otro penal, por lo que pide que se reabra su caso. El alcalde ordena entonces asesinar a este nuevo recluso para evitar la marcha de Andy y que salgan a la luz sus sucios negocios. A partir de ese momento Andy pierde todos sus privilegios y lo encierran en una celda aislada para que desista de reabrir su caso. Andy se resiste y lo encierran otro mes más. Al salir, decide jugarse el todo por el todo: le pone una trampa al alcalde para que sea detenido por sus actos de corrupción, aprovechando los servicios que el alcalde todavía requiere de él.  Andy logra  recuperar su honor y su libertad.
  

The Shawshank Redemption


1994 ‧ Cine dramático/Suspenso ‧ 2h 22m


The Shawshank Redemption es una película estadounidense del año 1994, escrita y dirigida por Frank Darabont y protagonizada por Tim Robbins y Morgan Freeman. 
Fecha de estreno: 23 de septiembre de 1994 (Estados Unidos)


Director: Frank Darabont. 

Guión: Frank Darabont, basado en Rita Hayworth and Shawshank Redemption, de Stephen King.

Premios: Premio de la Academia Japonesa a la Mejor Película Extranjera.